El ser humano pasa durmiendo aproximadamente un tercio de su vida y, sin embargo, todavía cuesta concienciarse de la importancia de la calidad de sueño para vivir más y mejor. “Dormir mal”, explica el Dr. Gonzalo Pin, jefe de la Unidad del Sueño del Hospital Quirónsalud Valencia, “influye en la concentración, en la atención, así como en el estado de ánimo de una persona. Con el tiempo, pueden desarrollar ansiedad y depresión”.
Cuando se duerme poco, las defensas bajan y el cuerpo se debilita. Se es más propenso a coger algún virus o bacteria, al no tener fuerzas el sistema inmunológico para hacerles frente. “Si realmente uno duerme mal porque tiene apnea del sueño o algún otro trastorno”, continúa el especialista, “puede sufrir un riesgo cardiovascular e incrementar el riesgo de padecer un infarto cerebral. También aumentan las posibilidades de sufrir hipertensión, que es, a su vez, un factor de riesgo tanto de infarto cerebral como de hemorragia. Por no mencionar que un tercio de los accidentes de tráfico está relacionado con un déficit del tiempo de sueño o de su calidad”.
Tomado de: http://www.msn.com/es-co/salud/bienestar/%c2%bfse-recuperan-las-horas-de-sue%c3%b1o/ar-BBUI42T?ocid=ientp
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